El cuero de plena flor, al igual que la epidermis humana, responde bien a los cuidados. Se pueden utilizar aceites naturales para prevenir el desarrollo de la pátina. Los mejores aceites para un tratamiento nutritivo del cuero son el aceite de girasol, el aceite de linaza o el héroe anónimo: el aceite de colza. ¿Y el aceite de oliva?

Al igual que el whisky, a veces se denomina single malt. Se extrae de aceitunas de una sola variedad, a veces de un solo olivar, y no se le añade aceite de ningún otro origen. Los estudios confirman que el aceite prensado de una sola variedad, procesado localmente y no oxidado durante el proceso de mezcla, es el de mayor calidad tanto en términos de salud como de cualidades sensoriales. La producción local también reduce la huella de carbono y contribuye a preservar los olivares milenarios de los países mediterráneos.

Hablando de producción local, justo al norte del Mediterráneo también se prensa un aceite dorado. Su fuente es la colza, que florece alegremente en vastos campos amarillos. Prensado en frío y sin refinar, ¡es oro en botella!

Supera a su primo del sur en cuanto a propiedades saludables. Volviendo a los ácidos grasos esenciales omega-3, su contenido total ronda el 1% en el aceite de oliva, frente al 10% del aceite de colza sin refinar. No sólo se trata del mayor contenido de estos ácidos entre las grasas vegetales disponibles, sino que el aceite de colza es también el único en el que el omega-6 y el omega-3 están presentes en la proporción ideal para la salud humana de 2:1 (lo cual es muy importante, ya que un exceso de omega-6 tiene un efecto proinflamatorio). Aunque no contiene polifenoles, lo compensa con vitaminas ADEK, que también tienen propiedades anticancerígenas.

Así que echemos un vistazo más amable a este héroe de corazón de oro en botella.